Bioquímica de la vida cotidiana: Métodos de elaboración
Según el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida, los alimentos funcionales son aquellos alimentos que le confieren al consumidor una determinante propiedad beneficiosa para la salud, independiente de sus propiedades puramente nutritivas. Según el Ministerio de Salud y Bienestar japonés, un alimento funcional contiene propiedades específicas entre las que se encuentra su contribución a mejorar los hábitos alimenticios y mantener y/o mejorar la salud basándose en conocimientos científicos.
Estos alimentos funcionales pueden ser elaborados por el ser humano, habiendo cinco diferentes formas de hacerlo. Concretamente, la primera estrategia se basa en la eliminación de un componente que cause un efecto perjudicial al consumidor a un grupo determinado de consumidores. Siguiendo esta estrategia se han creado productos como los espaguetis sin gluten de Gallo, apropiados para las personas celiacas. Concretamente, si miramos los ingredientes del producto vemos que están hechos con harina de maíz (80%), harina de arroz (19,25%), emulgente (mono y diglicéridos de ácidos grasos), evitando así los cereales que contienen gluten. Por otro lado, también encontramos productos específicos para las personas que tienen intolerancia a lactosa, como son los helados sin lactosa. Particularmente, el producto que he elegido es el helado de chocolate de la marca blanca de Carrefour, que contiene leche desnatada en polvo reconstituida y lactosuero en polvo (de leche), entre otros ingredientes.
Ambos ingredientes están dirigidos a un
grupo específico de consumidores; a aquellos que no toleran el gluten o la
lactosa. Es importante elaborar este tipo de alimentos, ya que sin ellos los
ciudadanos que sufren estas intolerancias no podrían consumir dichos productos
y su dieta estaría bastante más reducida.
La segunda estrategia para elaborar
alimentos funcionales se centra en incrementar la concentración de uno de los
componentes que ya contiene el alimento per se. Entre este grupo podemos encontrar
los yogures Densia (tanto sólidos como líquidos), de Danone. Este producto está
enriquecido en calcio y Vitamina D, por lo que mantiene la densidad de la masa
ósea. Siendo esto así, este producto es recomendado entre la población que
sufre de osteoporosis. Por otro lado, podemos encontrar zumos a los que se les
han añadido vitaminas, como es el caso del zumo Bifrutas de Pascual. Si nos
fijamos en sus ingredientes, encontramos la adición de Vitaminas C, E y
A, incrementando así su concentración.
En cuanto a la tercera estrategia, se
centra en la suplementación de un alimento que no poseía originalmente. Uno de
estos ejemplos, aunque no está todavía comercializado, sería el arroz dorado
que está modificado genéticamente. Concretamente, este arroz contiene la
información genética necesaria para fabricar un precursor de la Vitamina A. La
baja ingestión de la Vitamina A está relacionada con la pérdida de visión, por
lo que este arroz se administra en poblaciones que no consumen diariamente la
suficiente cantidad de dicha vitamina, como en el sudeste asiático. Aunque
todavía este arroz no se haya comercializado, parecer ser que llegará al
mercado de Filipinas en 2023, ya que este país ha sido el primero en regular la
primera aprobación regulatoria mundial para su propagación comercial.
Por su parte, la leche de omega 3 de la
marca Puleva también entraría en el grupo de los alimentos que contienen un
suplemento. Esta leche contiene aceite de pescado azul, siendo una fuente
dietética de ácidos grasos omega 3, el cual protege nuestro corazón de
problemas cardíacos, entre otros beneficios.
La cuarta estrategia se basa en
sustituir un componente con efectos perjudiciales o nocivos sobre la salud de
los consumidores, por otro componente que posea efectos neutros o positivos. Entre
estos productos podemos encontrar el yogur desnatado natural con stevia de la marca Pastoret, el cual lleva
stevia. La stevia es un edulcorante más dulce que el azúcar, pero que no
contiene carbohidratos. De este modo, no aumenta los niveles de insulina en
sangre ni tampoco engorda, por lo que los diabéticos pueden tomar stevia. Otro
de los alimentos que también contiene stevia es el chocolate negro (70%) con
naranja de Valor. Aunque en sus ingredientes no aparece la palabra stevia, sí
aparece como componente un edulcorante, y especifica la stevia en la
presentación del envase.
Por último,
encontramos la estrategia de modificar la biodisponibilidad de algún nutriente
presente en un alimento convencional con el fin de obtener un efecto positivo
en la salud del consumidor. Concretamente, hay una margarina de la marca
Hacendado que reduce el colesterol debido a su mayor concentración de ésteres
de esteroles vegetales (9%). Estos ésteres equivalen a esteroles
vegetales libres (5,4%), por lo que este producto tiene la capacidad de reducir
la absorción de colesterol, consiguiendo la disminución de sus niveles en
cangre. Del mismo modo, el producto Cuidacol (yogur líquido) de Hacendado,
también contiene esteroles para la disminución del colesterol.
Una vez analizados los productos en base a la elaboración de los alimentos funcionales, hay que tener en cuenta que aunque los ingredientes de los productos no nos mienten, la estrategia de marketing puede conseguir engañar al consumidor utilizando frases relacionadas con efectos beneficiosos de los productos. Por ello, siempre tenemos que ser conscientes de lo que consumimos e invertir más tiempo a la hora de hacer las compras es esenciar para conseguir ese objetivo.
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