Bioquímica de la vida cotidiana: Insectos
La verdad es que no tenía muy claro cómo iba a empezar a
escribir sobre este tema, pero después de ver los vídeos he decidido empezar
expresando lo que he sentido al verlos: se me ha erizado la piel y me han
entrado escalofríos. Nada más, ni nada menos. La verdad es que no me considero
de esas personas que no soportan a los insectos (me gustan o, bueno, al menos,
no me disgustan), pero el hecho de imaginar comérmelos me produce una sensación
bastante desagradable.
Por lo que he leído, desde el 1 de enero
de 2018 los insectos se catalogan como “nuevo alimento” por la legislación
europea. Los insectos son ricos en proteínas y vitaminas, entre otros componentes,
por lo que tienen un valor nutricional importante. Además, su consumo tiene
beneficios en el medioambiente, ya que reduce
la contaminación; concretamente, su producción tiene una emisión del 99% menor
que los gases de efecto invernadero, además de que se disminuye al mínimo la
contaminación y el consumo de agua. Sin embargo, creo que la mayoría de los
ciudadanos (al menos, en nuestra sociedad) todavía no estamos preparados (o
dispuestos) para alimentarnos de los insectos.
Aun así, la empresa de supermercados Carrefour lanzó en
el año 2018 una nueva línea de productos elaborados en Europa a base de
insectos. En total, lanzó diez productos distintos incluyendo pasta, granolas,
barritas energéticas, snacks y aperitivos con el objetivo de “ofrecer
a los consumidores los productos más innovadores e incorporar a su surtido
alternativas de compra sostenibles y respetuosas con el medioambiente”. Concretamente,
la marca que comercializó la compañía francesa fue JIMINI’S.
Indagando un poco más sobre estos productos en la página web oficial de JIMINI’S, se puede observar que además de los artículos que se venden en Carrefour, en la página web también venden insectos enteros que se agrupan dependiendo del tipo de sabor: salado, dulce o natural. Entre los insectos que se venden se encuentran grillos, saltamontes o, incluso, gusanos. En la siguiente imagen se muestra la caja de grillos con sabor a frutos rojos (peso neto 15 g).
Si nos fijamos en su valor nutricional, podemos observar que son
una fuente importante de proteínas y de hidratos de carbono, lo cual es clave
para nuestra alimentación.
Después de ver esto, es evidente que introducir insectos
en nuestra dieta puede tener efectos beneficiosos. Sin embargo, como he
mencionado antes, no sé yo si estamos muy dispuestos a probar este tipo de
alimentos. Es verdad que debido a la globalización los hábitos de comida están
cambiando, pero no sé hasta qué punto estamos dispuestos a admitir todos esos
cambios. Puede que esté equivocada y que dentro de unas pocas décadas los
insectos sean un producto estrella en la cena de Nochebuena; quién sabe. Yo
solo sé que mientras que se me erice la piel al ver los videos, yo no probaré
ni un bocado de estos insectos. Puede ser que algún día me atreva a comer los
otros productos como son las barritas energéticas elaboradas a base de insectos,
pero por ahora ese día todavía no ha llegado (y espero que tarde en llegar).
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